Preguntando a la mayoría de los creyentes en la Biblia cual es el nombre del Padre Celestial, ellos probablemente dirán: “Jehová”. Preguntándoles a ellos por algunas pruebas de esto, ellos señalarán el uso tradicional o le referirán a usted el Antiguo Testamento y esto nos hace hablar de las versiones pertenecientes a la tradición de Reina-Valera.
Sorprendentemente, el nombre del Padre Celestial no es Jehová, y nunca lo fue. La historia de “Jehová” que algunas enciclopedias llaman erróneo y que muchos eruditos de la Biblia concuerdan en que no es exacta, está completamente evidente.
En los textos más antiguos de la Biblia, los manuscritos hebreos, el Nombre sagrado es representado por cuatro letras hebreas יהוה. Estas cuatro letras son llamadas tetragrámaton, apareciendo en el español como YHWH o YHVH.
La revelación del Nombre Divino
La revelación a Moisés ante la zarza ardiendo es uno de los acontecimientos más notables del relato bíblico. Nos referimos a lo que se explica en el libro de Éxodo cuando se refiere a la liberación de los israelitas de la esclavitud egipcia. Moisés era pastor del rebaño de su suegro Jetro cuando se le apareció un ángel de Jehová en Horeb (Éxodo 3:2), en medio de una llama de fuego dentro de una zarza que no se consumía.
En Éxodo 3:14 Dios se da a conocer por su nombre personal YHWH que significa “Yo soy” (Se deriva del verbo hebreo: hayah = ser).
“Y respondió Dios (Elohim) a Moisés: “Yo soy el que soy.” Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: ‘Yo soy’ me envió a vosotros.”
La expresión “Yo soy el que soy” en hebreo es ’ehyeh ’aser ’ehyeh (o ’hyh ’sr ’hyh). Ha sido traducida de diferentes maneras:
“Yo soy el que soy” (R-V, NVI, BJ. BA, NC),
“Yo seré el que seré” (NVI Texto Peninsular),
“El que causa que sea, el que trae a la existencia” (TNM).
La forma corta «Yo soy» en el mismo versículo, según se supone, viene de la misma palabra hebrea (’hyh) que es también de la primera persona del singular.
Los textos hebreos sólo incluyen las consonantes. Para explicar esto, piense que si se quería escribir Juan, ellos solamente ponían las consonantes Jn y al verlas sabían por su tradición que eso significaba Juan = Jn. Cuando ellos querían poner Marcos solamente escribían Mrcs. En el judaísmo, el más importante nombre de Dios es YHWH, el tetragrámaton (término griego que significa ‘cuatro letras’). Las letras hebreas se llaman yod-heh-waw-heh. Nótese que el idioma hebreo se escribe de derecha a izquierda, al contrario del castellano, que se escribe de izquierda a derecha y en el que se trascribe como yhwh, yhvh o jhvh, dependiendo de la convención de transliteración usada. Debido a que durante mucho tiempo los judíos consideraban una blasfemia pronunciarlo, la correcta pronunciación de este nombre se ha perdido
En la versión Nácar-Colunga (pág.93) encontramos la siguiente explicación:
“El nombre misterioso de Yahvéh con que se designaba a Dios en el Antiguo Testamento ha recibido diversas explicaciones, ninguna de ellas totalmente satisfactoria. Literalmente significa ‘el que es’. Algunos autores lo interpretan en sentido metafísico: el Ser Subsistente, el que tiene ser por sí mismo; pero esto es demasiado abstracto para la mentalidad poco filosófica del pueblo hebreo. Por eso, no pocos autores suponen que la expresión ‘el que es’ implica la idea de auxilio y protección a Moisés y a Israel y, en ese caso, la declaración de Dios será paralela a la del versículo 12: “Yo estaré contigo”. El nombre de Yahvéh (‘el que es’) sería prenda de la futura protección divina al pueblo elegido…”
Las traducciones llegaron a ser el estándar para la iglesia católica romana y las letras latinas IHVH aparecieron en lugar del tetragrámaton. En aquellos tiempos la vocal I era equivalente de la Y. La V tenía el sonido de W, “u.” La I mayúscula pronto tuvo una cola añadida, una modificación popularizada por los impresores holandeses, así que el tetragrámaton empezó a aparecer como JHVH. A través del tetragrámaton aparecido en los textos latinos como JHVH (el equivalente de YHWH en su pronunciación) los puntos vocálicos hebreos fueron para Adonai.
El tetragrámaton, con las marcas vocálicas del Adonai, es hasta hoy llamado por aquellos familiarizados con el hebreo el “nombre inefable (impronunciable)”. !No puede ser pronunciado con las marcas vocálicas de “adonai”! Es decir: tomaron las 4 consonantes de una palabra (J H V H) y pusieron simplemente 3 vocales de otra palabra (Edonay) y formaron así una nueva palabra: Jehováh. Está claro que la palabra “Jehováh” es un arreglo de dos palabras en una. Por supuesto la palabra “Jehováh” nunca ha existido en hebreo; es decir, que la pronunciación “Jehováh” es una pronunciación defectuosa del nombre de “Yaveh”.
Consonantes y vocales
Explica Sánchez: “Algunos se preguntarán por qué si Adonai empieza con la vocal «A», la palabra «Jehová» tiene como primera vocal la «e». La explicación es esta: en el hebreo existe una semivocal llamada «shevá» que normalmente se translitera como una «e» volada (e). El sonido de esta semivocal se acerca más al de la «e»; sin embargo, cuando acompaña a ciertas consonantes hebreas especiales, su sonido y grafía varían un poco. De allí que la semivocal en la palabra se transcriba como «a» y no como «e».”
En los años 1600 comenzaron a traducir la Biblia a todas las lenguas y como encontraron en todos los textos bíblicos de la Edad Media la palabra “Jehová” como nombre propio de Dios, copiaron este nombre “Jehová” literalmente en los distintos idiomas (castellano, alemán, inglés…). Y desde aquel tiempo empezaron a pronunciar los católicos y los evangélicos como nombre propio de Dios del Antiguo Testamento la palabra “Jehová” en castellano.
J.B. Rotherham declara en el prefacio a su Biblia con respecto a “Jehová”:
“Erróneamente escrito y pronunciado Jehová, que usa meramente una combinación de el sagrado tetragrámaton, y las vocales de la palabra hebrea para Señor, sustituidas por los judíos para JHVH, por que ellos se limitaron de pronunciar El Nombre, debido a una mala concepción de dos citas, Ex. 20:7 y Le. 24:16…Para dar al nombre JHVH las vocales de la palabra para señor [Heb. Adonai], es como hacer un híbrido de como debería ser pronunciada la palabra Germano con las vocales de la palabra Portugal – viz., Gormuna. La monstruosa combinación Jehová no es más Antigua que del 1520 d.C. aproximadamente.”
La Enciclopaedia Británica (Micropedia vol. 10) dice:
“Yahweh – el nombre personal de el [El] de los israelitas… Los masoretas, judíos eruditos de la Biblia durante la Edad Media, reemplazaron los signos vocales que tenían que aparecer encima o debajo de las consonantes YHWH con los signos vocales de Adonai o de Elohim. Así el artificial nombre Jehová (YeHoWaH) llegó a existir. Aunque eruditos cristianos después del periodo del Renacimiento y la Reforma usaron el término Jehová para YHWH, en los siglos XIX y XX de nuevo empezaron a usar la forma Yahweh, así esta pronunciación del tetragrámaton nunca se perdió realmente. Las transcripciones griegas indican que YHWH debería ser pronunciado Yahweh.”
A los Testigos de Jehová, desde el 1931, les gusta acreditarse con tener el nombre de Dios. Sin embargo, no fue hasta 1931 que ellos tomaron su nombre presente. Franz explica: “Un examen de las publicaciones de la Sociedad Watch Tower durante los primeros cuarenta años de su existencia revela, sin embargo, que el nombre “Jehová” no aparecía con mayor frecuencia en esas publicaciones que en muchas otras publicaciones religiosas de ese tiempo. Como un solo ejemplo, el número de The Watch Tower de 15 de abril de 1919, contenía el nombre “Jehová” sólo una vez en toda la revista.”
El argumento principal de la Atalaya (Watch Tower) en su mayor parte consiste en atacar el desuso del nombre. Ellos dirigen sus críticas contra las iglesias por fallar al no dar énfasis que Dios tiene un nombre personal, y que debe usarse regularmente. Lo escrito en la introducción del interlineal griego-inglés que es producido por la Watch Tower revela:
“Algunos estudiosos modernos argumentan en contra de usar la expresión “Jehová”, escogiendo a Yahweh o quizás no utilizar expresión verbal en lo absoluto para el tetragrámaton, tal como es la costumbre hoy en día de los judíos ortodoxos. Los argumentos de éstos, consisten en su mayor parte en señalar que “Jehová” con toda probabilidad no fue la pronunciación original, y que “Jehová” fue un término inventado, o por lo menos usado primero por Martini Raymundus un monje español en su libro Pugeo Fidei en el año 1270 D.C.”